La carrera que elijo para debutar en este mundillo es el medio maratón de Olorón (Francia), y me llevo a dos amigos para compartir la experiencia: Adrián y Raúl. Me decanto por esta carrera porque ofrece un perfil bastante llano, en un paraje de incomparable belleza y por el ambiente lúdico-festivo que se respira... ah, se me olvidaba, y también porque a todos los participantes que acaban la prueba le dan dos cajas de bombones Lindt (es para pensárselo, eh).
En esta competición, si vas disfrazado, te dan un obsequio por lo que no nos lo pensamos ni un instante y elegimos nuestro disfraz: tenistas. Desde estas lineas aprovecho para dar las gracias a Adrián por hacer las raquetas y comprar los polos y a Pedro por cedernos amablemente los pantalones oficiales de Roland Garros de 1971.
Comenzamos a correr a las 9 de la mañana, el cielo estaba cubierto de nubes pero hacía buena temperatura. El ritmo que marcamos fue bastante flojo al principio porque no queríamos pagar la novatada de ahogarnos en los primeros kilómetros. Cada 4 km había avituallamientos tanto sólidos como líquidos ¡¡y la gente se paraba a comer y beber!!. Tras los primeros 16 kilómetros me comenzaron a pesar las piernas, quizá influenciado por el sol que empezó a calentar demasiado, y los últimos kilómetros se me hicieron un poco largos (a lo que ayudaban las eternas rectas del recorrido). Lo bueno que la gente animaba mucho, incluso los mismos participantes, y eso te da fortaleza para seguir. En definitiva, una carrera muy recomendable.
Dorsal de la carrera:
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